Hoy os voy a hablar de un nutriente fundamental en nuestra
dieta: la fibra.
Un aporte en cantidad suficiente, además de facilitar
nuestro tránsito digestivo, va a tener un efecto muy beneficioso en nuestra
salud.
Hay dos tipos de fibra: la soluble y la insoluble.
La fibra soluble está presente fundamentalmente en frutas,
verduras y legumbres.
Como su nombre indica es soluble en agua y cuando entra en
contacto con ésta forma una especie de gel.
Hay que tener cuidado con pasarse en la ingesta de fibra
soluble ya que puede generar gases.
La fibra insoluble está presente fundamentalmente en los cereales
integrales y sus derivados como pastas y pan.
Esta fibra no es soluble en agua y no provoca gases.
Funciones de la fibra:
Como principales funciones destacan:
-Produce sensación de saciedad: La fibra, sobre todo, la
soluble produce saciedad y por eso se recomienda en las dietas de
adelgazamiento.
-Previene enfermedades relacionadas con el aparato
digestivo.
-Disminuye la absorción de colesterol eliminándolo con las heces.
-Reduce el tiempo de tránsito intestinal, por lo que evita
el tan temido por muchos estreñimiento. Una dieta rica en fibra puede
solucionar este problema.
-Hace que los nutrientes se absorban poco a poco evitando
picos de insulina. Esta función es muy importante, sobre todo, para los
deportistas de resistencia como atletas o ciclistas.
Es fundamental que en la dieta de estos deportistas, los
hidratos de carbono se ingieran en sus variedades integrales para que la
energía se vaya liberando poco a poco.
-Por último, cada vez más estudios sugieren la posibilidad
de que la fibra ayude en la prevención de muchos tipos de tumores.
La ingesta recomendada de fibra al día es de 25 gramos,
cantidad que se cubre con unas 5 raciones de frutas y verduras y consumiendo
los cereales en sus variedades integrales.
Así que ya sabéis la importancia de este nutriente y la
necesidad de incluirla en vuestra dieta.
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